Con el nombre de Modernismo se designa el período de la historia de el arte y de la literatura comprendido entre el Impresionismo y las primeras vanguardias; cronológicamente se sitúa entre 1890 y 1910, aproximadamente. Fue un momento de ruptura con el pasado y de tanteo y búsqueda de ideas y formas nuevas.
Bajo el impulso del capitalismo la ciudad se transforma. La rica burguesía industrial -nacida, a menudo, en casas viejas del casco antiguo de Barcelona- se hará construir sus habitáculos con profusión de miradores y balcones, de espacios amplios y airosos; en su interior, pavimentos, techos y chimeneas, puertas y ventanales, muebles, alfombras y luces, todo estará integrado en la arquitectura en un intento de arte total. El arquitecto necesitará, pues, rodearse de buenos artesanos. Por todo ello sólo se lo podrá pagar la alta burguesía ilustrada.
En sentido estricto, el modernismo no es un estilo porqué no se puede reducir a unas constantes formales ni a unos criterios estilísticos comunes. Es un proceso de transformación de la cultura catalana que se da entre 1881 y 1906 y que representa el paso de una cultura regional y tradicionalista a una cultura nacional y moderna. Su finalidad es la búsqueda de modernidad